Te vas a quedar sola.

Hace 3 años que me casé conmigo misma.

Hoy lo celebro a lo grande aunque no está resultando una relación fácil. Han sido 3 años llenos de altibajos y algunas pérdidas dolorosas. Lo que tengo claro 3 años después de darme el Sí, me quiero es que hoy me quiero más todavía y que volvería a casarme conmigo cada día.

No, espera. Eso es mucho decir.

Hay días que no me aguanto. Hay días que me dejaría metida en la cama y me iría a dar una vuelta. Hay veces que me gustaría mantenerme callada, ser más simpática, decir más sies pero no: ahí estoy yo siempre alerta, cuidándome. Diciendo lo que quiero decir, aprendiendo a decirlo del modo más asertivo posible.

Ensayo y error todo el tiempo.

Antes no decía NO por miedo a quedarme sola. A que la gente dejara de quererme si no hacía lo que querían. Es cierto que a veces pasa. Pero lo que parece el fin del mundo se convierte en una magnífica oportunidad de crecimiento.

La gente que no me quiere libre desaparece de mi vida y me deja mucho tiempo para mí, mucha energía para lo que realmente me importa.

No es fácil. No es nada fácil ser la «mala de la película» y llevo muy mal que la gente no me siga considerando adorable. Que no sea fácil no quiere decir que no merezca la pena. Si bien hay gente que ha desaparecido de mi vida

me siento más acompañada que nunca.

Mi tiempo lo dedico a relaciones más igualitarias, personas que se cuestionan, que buscan, que quieren un mundo mejor. A mi alrededor siento un montón de personas ilusionadas,activas, luchadoras,

maravillosas.

Gracias por estar, por ser y por acompañarme en esta

historia de amor.

Os quiero